Esta semana leímos en El Mundo esta interesante noticia sobre cómo afecta la devaluación del yuan chino en el comercio exterior.
La alarma desatada en los mercados financieros por el estado real de la economía china se centró este lunes en el petróleo, las divisas y materias primas como hierro, cobre o manganeso para la producción de acero. Pero además de ser la fábrica del mundo, el papel de China como motor de crecimiento económico global incluye también el de ser el principal consumidor mundial de categorías como teléfonos móviles, vehículos o artículos de lujo. Su contribución al PIB mundial fue del 16,5% en 2014. Y a nadie se le oculta el potencial de un país poblado con 1.200 millones de habitantes y una creciente clase media en ámbitos de gran consumo como el turismo o la moda.
Ese mismo potencial supone riesgos. Aunque las empresas españolas tienen en la Unión Europea sus principales mercados de exportación, China ha ido haciéndose sitio tanto en la inversión como en el comercio exterior español a lo largo de las últimas décadas. Inditex, BBVA, La Caixa, Telefónica, Grupo Mondragón, Ficosa, Antolín, Garrigues, Mapfre… A día de hoy más de 600 empresas españolas de sectores tan diversos como la automoción, el transporte, los servicios financieros, la industria textil… están localizadas en China.
Es una presencia suficiente como para que, por ejemplo, Iberia estudie la apertura de una ruta directa desde España que a día de hoy no existe. Además, el peso del mercado chino en las exportaciones ha crecido de manera gradual hasta alcanzar 4.000 millones de euros en 2014, un 3% más, según datos del Instituto de Comercio Exterior (Icex) perteneciente al Ministerio de Economía. La alternativa china a los mercados europeos y latinoamericanos gana importancia aunque queda relativizada desde el punto de vista de la balanza comercial si se tiene en cuenta que las importaciones anuales desde el país asiático multiplican por cinco ese volumen hasta 19.766 millones de euros, la mayor parte de ellos en productos manufacturados.
Fuente: El Mundo
Más dudas sobre la economía china
Ahora, la devaluación del yuan añadirá presión sobre los precios a los que quiere exportar un creciente número de empresas españolas de todos los tamaños interesadas en dar el salto al mayor mercado del mundo. Vender en China fue el objetivo de 13.600 empresas españolas (un 6,4% más), cifra que supera a las que se dirigen a Italia e iguala la de dos de los mayores socios comerciales: Reino Unido y Alemania.
Las dudas sobre la salud de la economía china y su estabilidad también se extienden al futuro de su actividad inversora en el exterior. El fulgurante crecimiento de la economía china a lo largo de la última década ha supuesto que a las grandes inversiones en abastecimiento de materias primas le siga una estrategia más orientada a nuevos sectores como los activos financieros o la tecnología. En 2014, las compañías chinas invirtieron 95.000 millones de euros, un 14% más. Ya en 2013, con España en mitad de la recesión, los inversores procedentes del gigante asiático comenzaron a ser tomados en serio tras su entrada en NH Hoteles, donde controlan un 29%, Osborne (20%), la compra del edificio España en Madrid a Banco Santander por 265 millones de euros o la adquisición del 20% del Atlético de Madrid.
Fuente: El Mundo