exportación vinos

Artículo publicado en Economía de Hoy: 
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Certificarse OEA, un paso clave para exportar vinos


Autor: Fernando Terán, Director Departamento Aduanas ABQ

Las exportaciones de vino español están cada vez más en alza, no sólo por excelente calidad de sus uvas sino también por la cada vez mayor tecnificación de la actividad directamente asociada con la investigación y la capacitación del personal empleado en viñas y bodegas. España se sitúa como el tercer mayor productor de vino del mundo por detrás de Francia e Italia con un volumen anual de 35,1 millones de hectolitros de vino, lo que representa un 13,1% del total mundial. 


El mercado principal al que se destinan las exportaciones de vino español es el comunitario hacia países que son grandes consumidores como Alemania o Gran Bretaña y otros que además de ser grandes productores importan graneles para cubrir las necesidades de demanda interior y exterior como es el caso de Francia o Italia. Entre los principales importadores no comunitarios de nuestro vino se encuentran Estados Unidos y China que son a su vez el segundo y quinto país  de mayor consumo mundial de vino respectivamente. Y cada vez más en otros países como Canadá, México, La India, Rusia o Japón comienza a existir una gran demanda de caldos de calidad propiciada por un aumento de sectores de la sociedad con un poder adquisitivo medio-alto. A día de hoy la posibilidad para las empresas españolas de abrirse paso en dichos mercados y en otros nuevos depende tanto de la calidad de sus vinos como de la capacidad para ofrecer a sus clientes una respuesta segura y fiable como proveedores.

Es cierto que exportar este tipo de producto es complicado puesto que debido a su contenido alcohólico generalmente está sometido a impuestos especiales que pueden variar en función del país de destino, puede sufrir roturas durante el transporte, es un producto que se puede deteriorar y además tiene un valor comercial elevado. A pesar de ello se trata de un sector en alza incluso en tiempos de crisis y las empresas del vino pueden beneficiarse de diversas figuras legales a la hora de salir a vender sus productos fuera de las fronteras de la Unión Europea. De todas ellas la figura del Operador Económico Autorizado o Certificado OEA es una de las más recomendables ya que es la marca de calidad internacional que convierte a las empresas comunitarias en socios preferentes de la Administración Aduanera. El Certificado en España es concedido por el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) y para poder obtenerlo es necesaria una correcta situación financiera y llevar a cabo un proceso de adaptación de los procedimientos empresariales que incluye la revisión exhaustiva de los sistemas de seguridad, informáticos y de gestión aduanera entre otros. Por ello es aconsejable que este camino sea recorrido de la mano de una empresa especializada.  

Entre las principales ventajas de las que disfrutan las empresas certificadas está la de sufrir un menor número de controles aduaneros y gozar de prioridad, elegir el lugar de inspección y ser notificado previamente en el caso de tener que llevarlos a cabo. Todo esto contribuye a agilizar los controles aduaneros y mejorar los tiempos de respuesta lo que es de vital importancia en el caso de mercancías sensibles a los cambios de temperatura como es el caso del vino y que puede suponer marcar la diferencia entre un buen negocio o perder la mercancía que estamos exportando.

El certificado OEA es una figura tendente a ser reconocida internacionalmente a través de la firma de acuerdos de reciprocidad como los que existen ya con países como Japón, Suiza y Andorra. Además existen negociaciones muy avanzadas con otros como China y en el caso de EEUU está previsto que en julio de este año entre en vigor el reconocimiento mutuo entre el certificado OEA su análogo norteamericano conocido como C-TPAT (Customs-Trade Partnership Against Terrorism) que fue pionero como consecuencia de los atentados del 11S como un intento de reforzar la seguridad en el área del comercio internacional. De esta forma ambos certificados quedaran homologados para facilitar la importación y exportación de productos a las empresas que estén certificadas por lo que si certificarse es importante para exportar vino a cualquier país, en el caso de Estados Unidos esta figura va a adquirir aún más relevancia, por lo que es recomendable que bodegas y exportadores empiecen a planteárselo como forma de mejorar su competitividad y de permanecer dentro del mercado.